Buenas tarde a todos. Pues como ha dicho Laura me llamo…Varios sentimientos me embargaron cuando me ofrecieron la posibilidad de dar el pregón de fiestas de Valoria. Uno primero de orgullo por poder hablar sobre mi pueblo, pero a la vez tuve otro sentimiento de duda porque: Qué se cuenta o se dice en un pregón de inicio de fiestas de un pueblo. O qué puedo contar yo que realmente valga la pena. Así que junto con mi hermano que tiene un blog de Valoria (http://valoriadelalcor.tk/) pusimos una sección en la que la gente aportaba lo que, según su opinión, se podría decir en un pregón. Y la mayoría de la gente coincidía en que se podía hablar de cómo era Valoria en mi infancia. Y me preguntaba: qué voy a contar yo de mi pueblo y de mi infancia que pueda aportar algo distinto a lo que ya os habrán contado en otros pregones. Y tampoco me parecía adecuado comentar cuestiones religiosas, ni hablaros de la Virgen de Guadalupe que seguro ya os han hablado otros años porque creo que ya ha dado el pregón algún religioso.
De la vida de Valoria cuando yo era pequeño poco se puede decir. Prácticamente no había niños ni de mi quinta ni de ninguna otra quinta. Yo iba con los que eran 4 años mayores que yo. Además, en aquellos años, lo más normal era que te mandaran a estudiar a un internado por lo que la mayor parte del año la pasabas fuera. Sólo venías un fin de semana al mes y las vacaciones. Y cuando venías en vacaciones había que ayudar a la familia en los trabajos en el campo, por lo que tampoco tenías demasiado tiempo para ir por ahí.
Lo que sí puedo decir es el gran cambio que ha hecho valoría de cuando yo era niño hasta ahora. No hay más que darse una vuelta para ver las grandes mejoras que se han realizado en estos últimos 30 años. Algunos ejemplos puede ser: la mejora en la red de abastecimiento de aguas, pues cuando yo era niño el agua se sacaba del pozo que cada casa tenía. Con el esfuerzo de todos se metieron las tuberías del agua y el alcantarillado por las calles y casas; posteriormente se arreglaron las calles.
Lo que sí puedo decir es el gran cambio que ha hecho valoría de cuando yo era niño hasta ahora. No hay más que darse una vuelta para ver las grandes mejoras que se han realizado en estos últimos 30 años. Algunos ejemplos puede ser: la mejora en la red de abastecimiento de aguas, pues cuando yo era niño el agua se sacaba del pozo que cada casa tenía. Con el esfuerzo de todos se metieron las tuberías del agua y el alcantarillado por las calles y casas; posteriormente se arreglaron las calles.
Otros grandes cambios: el arreglo de esta plaza, que yo me acuerdo aquí mismo había una panera (de esto no hace tantos años), el arreglo de la iglesia y alrededores, la ermita, la iluminación, los parques, la báscula (que no existía), el camino a la ermita y muchas más que se pueden ver si damos un paseo.
Todo Valoria, en general, ha sufrido un cambio muy grande. Alguien que no hubiera venido en muchos años posiblemente no reconocería el pueblo.
Todo Valoria, en general, ha sufrido un cambio muy grande. Alguien que no hubiera venido en muchos años posiblemente no reconocería el pueblo.
Pero hay una cuestión en la que Valoria no ha cambiado demasiado y que es un problema global y fundamental al que no se ha dado solución y que a los políticos se les llena la boca con palabras vacías; que es la cuestión de la demografía rural, es decir, que la gente se quede a vivir en los pueblos. Tengo que reconocer que en este tema Valoria no ha sufrido grandes cambios pues prácticamente hay el mismo número de personas ahora que entonces. Bien es verdad que de cuando yo era niño a ahora, se ha mantenido gracias a una serie de matrimonios jóvenes que han optado por quedarse en el pueblo. Pero la vida en un pueblo cómo este tan pequeño no es nada fácil; porque apenas hay trabajo, no hay servicios y sí muchas dificultades desde la educación de los hijos hasta la sanidad, todos ellos, servicios básicos que no se garantizan. Si no tienes coche estás aislado, si necesitas ir al médico tienes que ir a al pueblo de al lado. Si vienes un día de invierno puedes estar todo el día por el pueblo y por el campo y no ver a nadie. Y es que vivir en Valoria en invierno es duro. De hecho muchos de vosotros no os ha quedado más remedio que iros a buscar trabajo fuera. Por eso yo creo que hay que hacer un esfuerzo por parte de todos para que en el mundo rural, en los pueblos, en Valoria, se garanticen los mismos servicios que en las ciudades.
Y a esto no sólo tienen que colaborar las instituciones sino todos aquellos que venimos 4 días al año. A veces los que venimos 4 días exigimos unos servicios y unas prestaciones concretas. Y cuando nos vamos ya nos da igual que esas prestaciones se mantengan porque ya las exigimos en nuestros lugares de residencia.
Por eso podemos favorecer que nuestro pueblo se vaya manteniendo si luchamos por sus derechos todo el año. Y también podemos ayudar si facilitamos la vida a los que están viviendo aquí todo el año siendo conscientes de que Valoria es un pueblo agrícola y ganadero y no turístico. Y para no cansaros mucho os voy a leer un cuento que puede explicar bien cómo podría ser la convivencia en los pueblos y en todas partes, y como no en Valoria. El cuento dice así:
Por eso podemos favorecer que nuestro pueblo se vaya manteniendo si luchamos por sus derechos todo el año. Y también podemos ayudar si facilitamos la vida a los que están viviendo aquí todo el año siendo conscientes de que Valoria es un pueblo agrícola y ganadero y no turístico. Y para no cansaros mucho os voy a leer un cuento que puede explicar bien cómo podría ser la convivencia en los pueblos y en todas partes, y como no en Valoria. El cuento dice así:
En un pequeño pueblo, una mujer ser llevó una gran sorpresa al ver que había llamado a su puerta un Extraño, correctamente vestido, que le pedía algo de comer...
Lo siento no tengo nada en casa, dijo ella.
No se preocupe -dijo el Extraño- tengo una piedra de sopa en mi cartera, si me permitiera echarla en una olla de agua hirviendo, haría la más exquisita sopa del mundo...
A la mujer le picó la curiosidad, puso la olla al fuego y fue a contar el secreto a sus vecinas, cuando el agua rompió a hervir, todo el vecindario se había reunido allí para ver al Extraño y su sopa de piedra.
El Extraño dejó caer la piedra en el agua, y probó una cucharada y exclamó ¡Deliciosa! lo único que necesita son unas cuantas patatas...
Yo tengo patatas en mi cocina, gritó una mujer, y en pocos minutos regresó
con una gran fuente de patatas peladas que fueron directamente a la olla. El extraño volvió a probar el brebaje: excelente, dijo, y añadió pensativo si tuviéramos un
poco de carne haríamos un cocido de lo más apetitoso.
Otra ama de casa salió zumbando y regresó con un gran pedazo de carne
que el Extraño tras aceptarlo cortésmente introdujo en la sopa. Cuando volvió a probar el caldo, puso los ojos en blanco y dijo: ¡Ah! qué sabroso, pero si tuviéramos unas cuantas verduras sería perfecto.
Una de las vecinas fue corriendo a su casa regresó con una cesta llena de cebollas y zanahorias. Después de introducir las verduras en el puchero, el Extraño probó de nuevo el caldo y en tono autoritario dijo: la sal. Aquí la tiene dijo la dueña de la casa. A continuación dio otra orden: "Platos para todo el mundo"
La gente se apresuró a conseguir platos, cubiertos y algunos trajeron hasta pan y frutas.
Luego se sentaron todos a disfrutar de la comida, mientras el Extraño repartía abundantes raciones de su increíble sopa de piedra...
Todos se sentían extrañamente felices, mientras reían, charlaban y compartían por primera vez, su comida.
En medio del alborozo, el Extraño se escabulló silenciosamente, dejando caer tras de sí la milagrosa piedra de sopa, que ellos podrían usar siempre que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo.
Estamos de fiesta. Que estos días reinen en nosotros esos sentimientos de alegría, de pasarlo bien, de vivir en buena convivencia que es a lo que nos invita el cuento, a disfrutar de la familia y de los amigos, a acercarnos a nuestra patrona la Virgen de Guadalupe y a honrarla. Que el Espíritu de las fiestas, de la alegría, de la buena convivencia, se mantengan siempre en nosotros. Gracias a todos y felices fiestas.