La “fiebre del oro” de comprar casas en lo pueblos ha posibilitado que al entrar en Valoría nos encontremos un pueblo acogedor, con casas perfectamente arregladas, algunas de ellas con fachas dignas de un Museo.
En algunos casos con la ayuda de profesionales y en otros con la pericia de los propios habitantes, se han restaurado fachadas obsoletas, convirtiendo Valoria del Alcor en un pueblo de exposición.
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