Si paseas por Valoria del Alcor te das cuenta, de lo maravillosa que es la naturaleza.
En Valoria nos encontramos árboles con cierta asiduidad, que debido a su longevidad, son parte viva de la historia del pueblo.
Hace años, al no existir la Play Station, ni DS, ni la Wii, uno de los hobbies favoritos de los niños, era escalar por sus troncos, como si de la cima del Everest se tratase; cortar sus ramas más gastadas, para hacer arcos y flechas. Sus cortezas servían de improvisado Facebook, dejando fechas, nombres e incluso testimonios de amores de infancia. Entre ellos se creaban pequeñas casetas que se llenaban de los secretos infantiles de sus moradores. Las meriendas a pie de árbol eran un ritual, que dejaba claro que la infancia en los pueblos se vivía de otra forma.
Según va pasando el tiempo, estos árboles han dejado huella en el paisaje natural de Valoria, formando parte de la imagen que se queda en nuestra retina cuando echamos un vistazo general al pueblo.
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